Consternados : ese es el sentimiento que nos embarga al conocer la sentencia dictada por la Tercera Sala Penal para Reos Libre de la Corte Superior de Justicia de Lima, que absuelve al ex alcalde de Pucallpa, Luis Valdez Villacorta, de la acusación de autoría intelectual en el asesinato del periodista Alberto Rivera Fernández, pese a que los mismos sicarios que dieron muerte de la manera más cobarde a este valiente colega, sindicaron directamente al acusado, indicando que ellos cometieron el homicidio por encargo suyo. Esto debido a que Alberto Rivera había logrado investigar los nexos que tendría Luis Valdez con el narcotráfico. Estos destapes en sus emisiones radiales habrían sido el móvil para ordenar matar al periodista.
Como se recuerda, Alberto Rivera fue abatido a balazos en la entrada de su negocio en la ciudad de Pucallpa en Abril del 2004. Los sicarios que ya están en la cárcel por estos hechos han manifestado que la orden de asesinar al periodista vino del ex Alcalde de Pucallpa para acallar sus denuncias. Esta prueba que es fundamental ha sido desvirtuada por la corte que ve el caso salvo el voto del juez superior Malzon Urbina La Torre, quien sí encontró que existe responsabilidad penal de los procesados Luis Valdez Villacorta y Solio Ramírez Garay, pidiendo para ellos la condena a 20 años de pena privativa de la libertad y pagar una reparación civil de 200 mil soles a favor de los herederos legales de la víctima. 
El Asesino : Luis Valdez Villacorta Entre las pruebas que sustenta la parte civil está el hecho de que Rivera Fernández era constantemente amenazado de muerte y que su asesinato se debió al ejercicio de su actividad profesional. También que fue objeto de denuncias para empapelarlo pero siendo todo este acoso inútil, el principal implicado en sus investigaciones elaboró un plan para deshacerse del peligro de ser descubierto en sus delitos.
Es así que el 24 de Enero del 2004 fue silenciada la voz fiscalizadora de Alberto Rivera Fernández.
El mensaje que nos da la Tercera Sala Penal es muy preocupante, ya que estaríamos dando por sentado que cualquier hombre de prensa puede ser víctima de represalias sin que la justicia condene a los que tienen demostrado interés en hacerlos desaparecer.
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