Ante los intentos de disolver AIDESEP de parte del gobierno
A pesar del buen camino recorrido por la Comisión Investigadora de los hechos de Bagua y las cuatro mesas de trabajo, la AIDESEP recibió la notificación de la solicitud efectuada por el Ministerio de Justicia al Ministerio Público para demandar la disolución de la AIDESEP y, junto a eso, la intranquilidad del pueblo indígena, la incertidumbre de las bases pues esta acción generaría un acto de desconfianza respecto al gobierno, pues mientras compromete el cese a la persecución política y judicial, ésta prosigue.
Saúl Puerta Peña, secretario nacional de la organización indígena, subrayó que está notificación es una mala noticia para los pueblos, para la confianza y recordó que el mensaje de los hermanos es de paz y reconciliación entre peruanos, sin embargo, con este nuevo proceso (sumado a los 89 hermanos indígenas entre procesados y detenidos, ahora último Bladimiro Tapayuri) solo haría que la desconfianza crezca a medidas incalculables.
“Ante esta situación, el Consejo Directivo de la AIDESEP ha llamado a los Apus de la Amazonía a una reunión de emergencia para analizar, conversar y determinar la decisión que se adoptaría ante esta nueva situación, pues los pueblos indígenas entienden que se pretendería silenciar su voz, pues mientras los pueblos buscan la reconciliación entre peruanos, hoy nos vemos sorprendidos pues la sola intención de disolver la AIDESEP es un acto de discriminación contra los indígenas”, precisó.
Puerta Peña informó que la fiscal provincial de la Décima Fiscalía Provincial Civil de Lima, Clara Mercedes Cahua Gutiérrez, notificó que la Procuradora del ministerio de Justicia, María del Carmen Rivera Santander Medina pidió la disolución de la organización. Sin embargo, nos preguntamos ¿quiénes son los que pueden medir si una asociación cumple con sus mandatos? Pues únicamente sus asociados, o sea, los pueblos indígenas. Asimismo, este acoso pone en peligro la credibilidad de las mesas de trabajo porque no se puede –por un lado- dialogar y, al mismo tiempo, perseguir, acosar, maltratar.
Hay que recordar que la AIDESEP fue creada en 1980 y que hoy, 29 años después, cuenta con el apoyo de 1.350 comunidades indígenas, agrupadas en 65 federaciones y ocho organizaciones regionales, organización sólida y de servicio que funciona democráticamente.
A pesar del buen camino recorrido por la Comisión Investigadora de los hechos de Bagua y las cuatro mesas de trabajo, la AIDESEP recibió la notificación de la solicitud efectuada por el Ministerio de Justicia al Ministerio Público para demandar la disolución de la AIDESEP y, junto a eso, la intranquilidad del pueblo indígena, la incertidumbre de las bases pues esta acción generaría un acto de desconfianza respecto al gobierno, pues mientras compromete el cese a la persecución política y judicial, ésta prosigue.
Saúl Puerta Peña, secretario nacional de la organización indígena, subrayó que está notificación es una mala noticia para los pueblos, para la confianza y recordó que el mensaje de los hermanos es de paz y reconciliación entre peruanos, sin embargo, con este nuevo proceso (sumado a los 89 hermanos indígenas entre procesados y detenidos, ahora último Bladimiro Tapayuri) solo haría que la desconfianza crezca a medidas incalculables.
“Ante esta situación, el Consejo Directivo de la AIDESEP ha llamado a los Apus de la Amazonía a una reunión de emergencia para analizar, conversar y determinar la decisión que se adoptaría ante esta nueva situación, pues los pueblos indígenas entienden que se pretendería silenciar su voz, pues mientras los pueblos buscan la reconciliación entre peruanos, hoy nos vemos sorprendidos pues la sola intención de disolver la AIDESEP es un acto de discriminación contra los indígenas”, precisó.
Puerta Peña informó que la fiscal provincial de la Décima Fiscalía Provincial Civil de Lima, Clara Mercedes Cahua Gutiérrez, notificó que la Procuradora del ministerio de Justicia, María del Carmen Rivera Santander Medina pidió la disolución de la organización. Sin embargo, nos preguntamos ¿quiénes son los que pueden medir si una asociación cumple con sus mandatos? Pues únicamente sus asociados, o sea, los pueblos indígenas. Asimismo, este acoso pone en peligro la credibilidad de las mesas de trabajo porque no se puede –por un lado- dialogar y, al mismo tiempo, perseguir, acosar, maltratar.
Hay que recordar que la AIDESEP fue creada en 1980 y que hoy, 29 años después, cuenta con el apoyo de 1.350 comunidades indígenas, agrupadas en 65 federaciones y ocho organizaciones regionales, organización sólida y de servicio que funciona democráticamente.
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