Por Javier Diez Canseco
Los congresistas tienen un sueldo
significativo, seguro, además de una oficina con personal de asesoría y
apoyo, equipo técnico y material de trabajo, una persona de enlace con
su región, teléfonos e internet, un pasaje aéreo semanal disponible,
acompañamiento de un asesor (pasajes y viáticos pagados) en la semana
de representación y hasta un monto por la realización de una actividad.
Los gastos de representación son para
viáticos y movimiento en las regiones o actividades y cumplir las
funciones de representación, fiscalización y producción legislativa.
No son para padrinazgos o donaciones con el dinero de los
contribuyentes. Debiera rendirse cuenta de su uso, pero dicha
obligación se eliminó en la presidencia de Velásquez Quesquén. Luego
del escándalo del congresista Anaya (bautizado como “come pollo”) y la
falsificación de facturas para justificar los gastos de representación,
la solución fue increíble: recibió una condena de 5 años de cárcel y
el Congreso permitió el libre uso de los gastos de representación, sin
rendición, pasándose a manejar los gastos como parte del sueldo,
pagando impuestos.
Por ello, la resolución de diciembre era
insustentable, además de incorrecta, impopular y muy torpe
políticamente. Es inaceptable que un Congreso que le da a maestros, a
propuesta del Ejecutivo, un bono anual de apenas S/.300 y un salario
base que gira alrededor de S/.1,300 mensuales, aumente S/.7,600
mensuales a sus propios miembros. Peor aún, sin siquiera rendir
cuentas.
Pero la reciente decisión del Consejo
Directivo, con la sola oposición de la bancada de AP-Frente Amplio de
izquierdas, de ratificarse tozudamente en este aumento –ignorando el
masivo rechazo de los electores a quienes “representan” los
congresistas– es un vergonzoso abuso de poder, agudiza el desprestigio
institucional, evidencia que no se respeta la opinión de la ciudadanía e
indica que se está jugando con fuego.
Si, la pérdida de legitimidad del
Congreso, junto al desprestigio de un Poder Judicial –que saca del
juicio de Comunicore a Castañeda o un TC que blinda a personajes del
anterior gobierno de las investigaciones sobre los indultos
fraudulentos, las obras sobrevaluadas o el caso BTR– crea escenarios
críticos. Cuadros propicios para la concentración del poder vía la
disolución del Congreso e intervención del Poder Judicial (Fujimori
1992) o vía un Congreso sometido y dócil por su ilegitimidad política.
Un peligro cuando en el Ejecutivo se
encaraman directamente grupos de poder con intereses precisos que
podrían imponerse plenamente con la concentración del poder y de
contrapesos. Una dosis “populista” o clientelista para ciertos
sectores sociales y ya. No perdamos de vista las lecciones de la
historia reciente, cuando la ciudadanía apoyo el golpe fujimontesinista
por el desprestigio del Congreso y el Poder Judicial, abriendo paso a
un régimen de corrupción y abuso del poder. El “remedio”, como todos
sabemos, fue peor que la enfermedad.
Por ello, hay que llevar el tema a la
Comisión Permanente y al Pleno para que cada cual asuma su
responsabilidad. No cobrar o usarlo en obras sociales acreditadas,
mientras se promueve un proyecto de ley como iniciativa ciudadana que
cambie esta situación y lleve a definir una Escala Única de
Remuneraciones con criterios técnicos y en función a un número de
Remuneraciones Mínimas Vitales, así como bonificaciones y asignaciones
por especialización, eficiencia, dedicación extraordinaria, horarios
extras, responsabilidad, etc. Algo más justo y transparente. No es
aceptable que haya funcionarios estatales que tienen haberes mensuales
de más de S/.32,000 mensuales cobrando hasta 17 sueldos al año.
Entre 1995 y el 2004 presenté cinco
iniciativas legislativas para regular las remuneraciones de
congresistas y de altos funcionarios del Estado. Ninguna fue debatida.
Y en lugar del bono, invirtamos en una
comisión de seguimiento diario a la ejecución presupuestal, con
personal y equipo especializados, para prevenir corruptelas, evaluar
planes de obra e inversión, adquisiciones, precios, etc. Así la
fiscalización y representación sería más eficaz, como el freno a
cualquier aventura autoritaria.
Fuente: La Mula
esperemos que Humala no cometa el nefasto el terrible error de cerrar el congreso como lo perpetro´ el cabecilla de la mafia fujimorista porque seria como justificar al chinito que esta de vacaciones en la DINOES y eso los peruanos bien nacidos no lo vamos a permitir.
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