Fue encontrada entre una de las
tantas cartas que miles de personas anónimas dejaron a Daniel Zamudio
fuera de la Posta Central. Zamudio falleció ayer después de agonizar
durante 21 días tras la feroz golpiza otorgada por cuatro jóvenes
neonazis. La triste carta, firmada en un correo a El Ciudadano por un
profesor y dramaturgo chileno, pide perdón a Zamudio “por este país a
medias”.
Perdón, Daniel Zumudio.
Perdón por este país a medias.
Perdón
porque no fuimos capaces de mostrarte otro mundo, perdón por esa
oscuridad a la que nuestra indiferencia y falta de interés te ha
arrastrado.
Perdón por nuestros
niños, porque siguen la senda establecida de la burla (En ese mundo de
la burla, los gordos, los feos, los fletos, los cojos, los tuertos, las
putas, los narigones, las solteronas, los culones, los indios de mierda y
los comunistas asquerosos habitan esta incómoda costumbre chilena de
encasillar y despreciar)
Perdón porque no vivirás para disfrutar de la mano, abrazado a quien hubieses elegido para amar, una tarde de domingo.
Perdón
porque inexplicablemente volveremos a idiotizarnos con el fútbol y la
farándula televisiva de turno. Y tu muerte será una cronología más de
este Chile de mierda.
Perdón porque
seguiremos nuestra vida a medias, a trancazos, a bofetadas, pero siempre
a medias. Y perdón porque este país que hemos soñado se deshilvana con
las ideologías de un dios sexista, opresor y homofóbico… Y de sobra
sabemos que ese dios, es otro hijo de puta.
Perdón por nuestras leyes obsoletas
Por nuestros chistes a la diferencia
Por nuestra superficialidad agarrada al consumo diario de la tonta televisión.
Perdón por la clase política que tenemos. Una clase política de vergüenza.
Perdón
por tanto perdón, pero es que he intentado entrar en tu socorro
profundo y me lo ha impedido la frialdad, la tontera, el fútbol, los
realities, la discriminación, la fe idiota, el sermón anticuado, la
hostia recocida, el cura y la monja ignorantes, el evangélico espumoso
de la Plaza de Armas, el centro comercial, mis tarjetas de crédito, mi
cuenta bancaria, mi ideología política y corrupta, mi gobierno fascista
de turno, las tetas de la mina de la tele, el gol de Sánchez, los ovnis
que vio la Maldonado, la teleserie de la noche… perdón, pero tengo que
terminar de algún modo y no sé por dónde…
Perdón porque hemos creado un dios a nuestro antojo y conveniencia…
Perdón a tu madre por no estar en sus internos, desgarrándonos con su dolor.
Antonio Toño Jerez- chileno- profesor y dramaturgo- Tocopilla.
0 comentarios :
Publicar un comentario