Eduardo Salinas.
El cruel asesinato de un travesti, quien fue calcinado y arrojado en el puente Atocongo, en el distrito de San Juan de Miraflores, demuestra que en las mentes de algunos peruanos todavía se encuentran instalados la homofobia, el odio, el ensañamiento contra miembros de la comunidad gay. Ello lo evidencia una cifra: 70 homosexuales son asesinados al año en el Perú.
El crimen que sufrió esta víctima, quien fue asfixiada, degollada, apuñalada y calcinada, revela el enorme odio que tiene un grupo de gente contra aquellos que tienen diferente orientación sexual, como lo indica el Movimiento Homosexual de Lima (MHOL).
Hasta el momento, los especialistas de la Morgue Central no pueden identificar al fallecido, pues el cadáver quedó irreconocible y sus huellas digitales habían desaparecido por las quemaduras. Solo se pudo notar en su pecho el tatuaje de una rosa de color verde y rojo, con la que se busca identificarlo.
Sociedad medieval
Este asesinato confirma, una vez más, que nuestra sociedad tiene un odio contra los homosexuales, según Giovanny Romero Infante, presidente Movimiento Homosexual de Lima (MHOL). La violencia, la discriminación y hasta las persecuciones de la policía y serenazgo son “pan de cada día” en las calles, en las universidades, y hasta en la iglesia hay esa sensación de querer desaparecer a los gays.
“La homofobia está instalada en nuestra violenta sociedad que, a pesar de estar en pleno siglo XXI, es medieval. Según nuestros estudios, cerca de 70 homosexuales son asesinados en el Perú, y lo que nos espanta es que el argumento que ponen quienes los perpetran es siempre el de limpiar la sociedad de algo que consideran nocivo. Con estos crímenes ellos aspiran a dar un ejemplo”, expresó el representante del MHOL.
Perfil de las víctimas
Giovanny Romero refiere que las víctimas tienen un perfil común en todos los crímenes sucedidos en nuestro país, en el que resaltan el ensañamiento y el salvajismo de nuestra sociedad contra una minoría de compatriotas.
“Los crímenes de odio son aquellos que son ejercidos con violencia irracional contra comunidades históricamente discriminadas. Por lo general, las víctimas son personas mayores, acomodadas económicamente y son asesinadas en sus casas o en hoteles. En el caso de los travestis, los crímenes son en la calle o en sus peluquerías y casi siempre sus victimarios son sus clientes sexuales”, puntualizó. En este análisis del MHOL salta un interesante detalle: en el lesbianismo no hay asesinatos pero sí mucha violencia –son víctimas de violación sexual– “con el fin de volverlas mujeres y generar humillación y mucho dolor entre ellas”.
Revertir la actual situación
Según George Liendo, integrante de Promsex, en el Perú ser quien eres o querer ser lo que soñaste puede llevarte a ser víctima de exclusión y violencia, ya que una de las injusticias más extendidas es y ha sido la discriminación. “Aunque la igualdad se reconoce como un derecho, no necesariamente se garantiza. Se le ha considerado como una cuestión de buena educación o sentido común, o como concesión de las mayorías hacia las minorías”, señaló Liendo.
El experto en sexualidad y políticas públicas indica que la discriminación por orientación sexual busca anular el reconocimiento de los derechos que les corresponden a las personas homosexuales en el plano de la igualdad.
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