Fuente: Alerta Peru
Trabajadores de La Cantuta relataron a un medio periodístico el hallazgo de restos humanos mientras realizaban tareas de excavación para la construcción de un nuevo pabellón. De acuerdo a los testimonios recogidos, se podría tratar de hasta ocho cuerpos. Luego de que los obreros denunciaran el hecho, la Fiscalía llegó hasta el lugar para iniciar las investigaciones correspondientes.
Consultada sobre el hallazgo, Gisela Ortiz, hermana de Enrique, uno de los estudiantes de La Cantuta asesinados por el Destacamento Colina, se mostró sorprendida y señaló: “yo sí recuerdo que en el año 92, en este proceso de búsqueda de dónde estaban nuestros familiares, los mismos militares que estaban en la base nos decían que en el cerro que está al pie de la Universidad se enterraban a algunas víctimas”.
Este hallazgo se da poco después de que personal de la Fiscalía encontrara los restos de al menos una persona en la playa La Tiza, confirmando de esta manera la denuncia que se hiciera semanas antes al respecto de que en dicho lugar se ubicaba una fosa utilizada por el grupo Colina. “(En aquella época) el propio Ejército ordenó el repliegue de la seguridad que tenía esta playa para servir como campo de entrenamiento de Colina. Es decir, entre los años 91 y 92 esta playa fue de uso exclusivo de Colina”, señaló al respecto Gloria Cano, abogada de la Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH).
Los restos encontrados en La Tiza aún deben ser sometidos a pericias forenses, y mientras las mismas no hayan concluido no puede afirmarse nada. Los peritos dijeron que incluso podrían tratarse de restos arqueológicos. Sin embargo, el hecho de que los restos hayan sido encontrados envueltos en papel periódico y bolsas de plástico refuerza la hipótesis de que se trataría de un entierro clandestino. Cabe recordar que hay numerosas víctimas de operativos de “inteligencia” cuyos restos aún no han sido hallados: Amaro Cóndor y Hugo Muñoz, estudiante y profesor de la Universidad La Cantuta respectivamente; Santiago Gómez Palomino; la agente Mariella Barreto; entre otros.
Desaparecidos
Como se recuerda, de acuerdo con los cálculos de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) existen en el país unas 4600 fosas comunes con cuerpos de alrededor de 15 mil peruanos asesinados durante el conflicto armado, ya sea por militares como por elementos de Sendero Luminoso y el MRTA. Pero con el ritmo y presupuesto actual que se dispone para esclarecer estos casos, demorará más de una década culminar con la tarea, lo que significa más y más años de angustia para los familiares que ni si quiera han podido enterrar de manera digna a sus seres queridos.
En los últimos años se han encontrado y exhumado numerosas de estas fosas. Los casos de Putis, Putka, Umasi, Lucanamarca, Santo Tomás de Pata, el cuartel Los Cabitos o Accomarca son algunos de los más conocidos. Sin embargo, la tarea es enorme y aún falta mucho para desenterrar, literalmente, la verdad de lo que ocurrió en este país durante la guerra interna (PM).
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