Militares salen a las calles pero las bandas armadas aumentan y ya atacan residencias
Orden de disparar y toque de queda
Las imagenes hablan por si solas. La región más golpeada por el sismo amaneció este martes con patrullas de autodefensa armadas y militares desplegados por el gobierno para prevenir los saqueos desatados por la escasez de alimentos y agua potable. Se han reportado que han aparecido bandas armadas que aprovechando la situacion, ya no solo han llegado a asaltar supermercados sino que ahora atacan residencias para robar cuanto puedan.
Los habitantes de las mismas no han visto otra alternativa que armarse para defender sus propiedades y pertenencias, pero la situacion se ha hecho insostenible debido a que si bien es cierto ya hay presencia militar, esta, solo se limita a vigilar las zonas centrales de Concepcion y los grandes supermercados y almacenes. Por otro lado la poca ayuda que ha llegado a Concepcion es muy poca y la falta de alimentos basicos y agua potable son las principales carencias de los damnificados, todo esto sin dejar de mencionar los alrededores de Concepcion que no reciben nada de ayuda.
Esto ha provocado que muchos pobladores y delincuentes aprovechando la situacion formen bandas armadas, siendo las casas ubicadas en la periferia las primeras afectadas.
Lo que se está viviendo es practicamente la realidad de una ciudad sin ley. Mientras el gobierno pide paciencia, el hambre y la deseperacion no entienden el porque de la espera y simplemente actuan al margen de la ley, arrasando con todo a su paso.Por un lado existe un consenso mediatico en Chile de cara al mundo de no mostrar lo que verdaderamente esta pasando siendo asi las noticias hasta cierto punto sesgadas de todo lo que actualmente sucede en Concepcion. Eso se ve en que se informa mas de la destruccion y de la pronta ayuda, pero muy poco de lo que pasa en la calle.
Hasta el momento se reportan casi 200 detenidos por actos de saqueos, para lograr controlar esta ola que amenaza expandirse hacia otras regiones del pais del sur.
La presidenta Michelle Bachelet señaló desde hoy quedarán desplegados 14.000 efectivos militares en las dos zonas de mayor desastre tras el sismo que se produjo el sábado, quienes se encargarán de la distribución de ayuda y la prevención de saqueos.
Para evitar los robos, grupos de vecinos, en algunos casos armados, pasaron la noche en vela custodiando sus hogares.
El panorama en Talca era similar, con vecinos atrincherados protegiendo lo que no se llevó el terremoto del sábado. "Aquí están saqueando incluso hasta los cuarteles de bomberos", denunció el lunes el comandante de Bomberos de Concepción, Jaime Jara.
Aunque la presencia militar no pudo evitar que un grupo de personas incendiara una tienda y un supermercado anexo en la ciudad. Los bomberos tuvieron que socorrer a una persona envuelta en llamas, según explica un periodista de la agencia de noticias francesa AFP.
La situación es muy tensa en las calles de este lugar, epicentro del devastador terremoto del pasado sábado que ha dejado según un balance oficial aún muy provisional 723 muertos y dos millones de damnificados.
Los bomberos trabajan a contrarreloj para socorrer a las personas que aún están atrapadas bajo los escombros y también para evitar que saquen sus cuarteles.
“Andaban dos buses con delincuentes arriba saqueando las casas, yo despaché a bomberos a los cuarteles, estamos dejando de atender las emergencias”, lamentó angustiado Jara que añadió que el consultorio de San Pedro de La Paz, aledaño a Concepción, fue también objeto de pillajes.
En medio del caos, el descontrol y la urgencia ha saltado una polémica. La construcción deficiente de algunos edificios. Así lo denunció el alcalde de Maipu, en la comuna de Santiago.
“Hay indignación porque aquí hay viviendas nuevas, edificios nuevos que han sido mal construidos… la ley chilena determina que hay una garantía de diez años para la estructura y estamos hablando de edificios de menos de ese tiempo”, denunció el alcade Alberto Undurraga al micrófono de la corresponsal de RFI en Santiago de Chile, Claire Martin.
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