Un tribunal de Moscú liberó el miércoles a una integrante de la banda
punk Pussy Riot en la fase de apelación del juicio, pero mantuvo las
sentencias de prisión para las otras dos condenadas por una protesta en
una catedral contra el presidente Vladimir Putin, quien dijo que tenían
la condena que se merecían.
La Corte de la Ciudad de Moscú confirmó las sentencias de dos
años de prisión para Nadezhda Tolokonnikova y Maria Alyokhina, pero
suspendió la condena contra Yekaterina Samutsevich.
Su abogado dijo al tribunal que Samutsevich no había
protagonizado la "protesta punk" cerca del altar en la catedral Cristo
el Salvador de Moscú en febrero porque la detuvieron y se la llevaron de
allí antes de que sucediera.
En emotivas declaraciones desde la celda instalada en el tribunal
durante la audiencia de apelación, las integrantes de la banda dijeron
previamente que no tenían la intención de ofender a los fieles con sus
acciones pero criticaron a los tribunales y al jefe del Kremlin.
"Putin está haciendo todo para que se desarrolle una guerra civil
en este país", dijo Tolokonnikova, elevando la voz para tratar de
acallar a un juez que trataba de interrumpirla cuando comenzó a hablar
sobre Putin.
Tolokonnikova, de 22 años, Alyokhina, de 24, y Samutsevich, de
30, fueron condenadas a dos años de cárcel en agosto por vandalismo
motivado por odio religioso por una "plegaria punk" en la que imploraban
a la virgen María a que se deshiciera de Putin.
El caso desató una clamorosa protesta internacional, y los
gobiernos occidentales y la estrella del pop Madonna calificaron la
sentencia de desproporcionada, un punto de vista no muy compartido en
Rusia, donde la opinión pública quedó conmocionada por la protesta.
En una entrevista emitida el domingo, Putin defendió las
condenas: "Es correcto que fueran detenidas y fue correcto que el
tribunal adoptara esta decisión porque no puedes minar la moral y los
valores fundamentales para destruir al país".
En la audiencia de apelación, Tolokonnikova y Alyokhina dijeron al tribunal que su protesta fue puramente política.
"No queríamos ofender a los creyentes", dijo Alyokhina, al
tribunal. "Fuimos a la catedral a hablar contra la fusión de figuras
espirituales y la élite política de nuestro país", añadió.
Alyokhina dijo que no esperaba que la apelación tuviera éxito. "He perdido toda la esperanza en nuestros tribunales", declaró.
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