Con 600 millones de dolares en robos al Perú
Los habitantes de Indonesia, el 30 por ciento de los cuales vive por debajo de la línea de pobreza, ostentan desde ayer el triste título de ser el pueblo que sufrió al gobernante más corrupto de los últimos 20 años.
Mohammed Suharto, que gobernó al país con mano dura durante 32 años, habría robado entre 15.000 y 35.000 millones de dólares mientras fue presidente, según un Informe Global de Corrupción de Transparencia Internacional (TI) dado a conocer ayer en Londres.
El informe, que detalla los fondos supuestamente malversados por líderes políticos de todo el mundo en las últimas dos décadas, intenta demostrar cómo la corrupción socava el desarrollo y la estabilidad de los países, al "saquear los bolsillos de los contribuyentes". Además, plantea que los más perjudicados son los más pobres.
"El dinero [del Estado] deja de usarse en salud, en educación, en inversiones para el crecimiento y en obras de infraestructura, con lo cual la pobreza se profundiza", explicó a LA NACION Mario Rejtman Farah, presidente de Poder Ciudadano, el capítulo argentino de Transparencia Internacional.
El listado de los líderes más corruptos, que incluye a sólo diez dirigentes, ubica en el segundo lugar al ex presidente filipino Ferdinand Marcos, que entre 1972 y 1986 habría malversado fondos por hasta 10.000 millones de dólares.
El ex presidente de Zaire Mobutu Sese Seko, que dejó el poder en 1997, es el tercero del ranking, y ostenta la cifra de 5000 millones de dólares.
Estas cifras son tentativas, ya que según explicó el responsable de TI en la Argentina, "al ser un delito oculto, nunca se puede tener la certeza de cuánto robaron realmente".
Los latinoamericanos no están ausentes en este ranking de la corrupción. Mientras el ex dictador haitiano Jean-Claude "Baby Doc" Duvalier ocupa el sexto lugar, el peruano Alberto Fujimori está en el séptimo puesto.
El ex presidente nicaragüense Arnoldo Alemán (1997-2002), que fue encarcelado el viernes último acusado de un millonario fraude, ocupa el noveno lugar.
El directivo de Poder Ciudadano explicó que el ex presidente Carlos Menem, bajo investigación de la justicia argentina, no ocupa un lugar en el listado, ya que sólo se han tomado en cuenta a los ex dirigentes fallecidos o bajo investigación.
"En el caso de Menem, el grado de investigación es mucho menor. Recién está comenzando y las investigaciones en la Argentina son más lentas que en otros países. Aunque cada vez hay indicios más fuertes de que él ha incurrido en actos de corrupción, no basta con una percepción", señaló.
Además, agregó que el único dato que se tiene del ex mandatario es una cuenta en Suiza por un monto relativamente bajo, de 600.000 dólares.
El directivo de Poder Ciudadano remarcó que la corrupción es un tema que preocupa mucho a los argentinos, al recordar una encuesta mundial hecha por TI en julio pasado. La Argentina fue el país donde más gente dijo que la corrupción afectaba "muy significativamente" su vida personal. "Este es un signo de madurez, porque en otros países se suele creer que la corrupción es un problema del Estado que no afecta la vida cotidiana", apuntó.
El informe presentado ayer pone el foco en la corrupción política y, más específicamente, en el financiamiento ilegal de las campañas electorales. "Nos centramos en las campañas porque la corrupción en esa instancia es lo que genera instituciones democráticas débiles, un fuerte clientelismo político y falta de legitimidad de los candidatos", explicó el titular de Poder Ciudadano.
Las empresas petroleras y los fabricantes de armas reciben un tratamiento especial en los capítulos sobre el suministro de sectores privados de fondos ilegales. Según explicó Rejtman Farah, esas compañías "manejan globalmente sumas muy importantes, a veces apoyan con donaciones ilegales y son las que más influencia pretenden ejercer después de las elecciones". Sin embargo, aclaró que, en el caso de los fabricantes de armas, su influencia se siente sólo en aquellos países en los que el presupuesto en materia de seguridad es alto.
Un tema clave para las empobrecidas economías que han dejado atrás los dirigentes más corruptos es la posibilidad de repatriar el dinero robado. Según Rejtman Farah, esto sólo es posible si existe cooperación internacional.
"Es necesaria la colaboración del país donde esos fondos han sido depositados para que ese gobierno tome las medidas para que esos fondos sean devueltos", afirmó.
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