ALFREDO PRADO
Fuente: Gestion
Por años se ha discutido si el consumo de alimentos que contienen organismos genéticamente modificados (OGM), popularmente conocidos como transgénicos, implica o no un riesgo para la salud de los consumidores. Pero, en cambio, lo que nunca ha estado en discusión es el derecho de los consumidores a saber si la comida que ingieren ellos y sus familias contiene OGM.
Este derecho a la información de los consumidores ha sido recogido en el artículo 37º del Código de Protección y Defensa del Consumidor, el cual señala textualmente que: “Los alimentos que incorporen componentes genéticamente modificados deben indicarlo en sus etiquetas”. Esta obligación entra en vigencia a los 180 días calendario contados a partir de la entrada en vigencia del código, esto es, el 2 de abril del 2011. En consecuencia, a partir de esa fecha los alimentos que incorporen OGM deben especificarlo en sus etiquetas.
Sin embargo, en el anteproyecto de Reglamento del citado artículo 37º elaborado por el Grupo de Trabajo Multisectorial integrado por representantes del Indecopi, el MEF, la PCM y el Ministerio de Justicia, se les pretendería conceder a los proveedores de alimentos que incorporen OGM en sus productos un plazo adicional de 365 días calendario, contados a partir del día siguiente de la entrada en vigencia del Reglamento para recién cumplir lo dispuesto por el Código de Consumo.
Frente a esta situación, Crisólogo Cáceres, presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec), presentó el estudio realizado por Aspec, según el cual, en cuando menos 10 de los 13 productos alimenticios analizados, se comprobó la presencia de OGM. Esos productos se compraron en los principales supermercados y tiendas de la capital siguiendo un estricto protocolo y en presencia de notarios públicos. Parte de las mismas fue luego enviada, para su análisis respectivo, a un laboratorio acreditado a nivel internacional como es Andes Control, y un segundo lote se remitió al laboratorio Cerper S.A., que se encuentra certificado por el Indecopi.
Cáceres explicó que pese a que esos diez productos dieron positivo en cuanto a la presencia de OGM, ninguno de los productos analizados lo revelaba en su etiquetado. “La investigación realizada por Aspec corrobora algo que los peruanos sabíamos desde hace tiempo: los alimentos transgénicos están en las estanterías de los mercados y bodegas y los consumidores los compramos y los llevamos a nuestras casas para comerlos sin saberlo. Nadie nos informa, nadie nos dice nada, lo cual implica una clara vulneración de nuestro derecho a la información”, comentó.
Por eso, remarcó que es fundamental que el Reglamento del artículo 37º del Código del Consumidor se publique cuanto antes y entre en vigencia de inmediato.
“Solo así se pondrá coto a esta situación injusta para el consumidor. En tal virtud, el inexplicable otorgamiento de un plazo adicional de un año a las empresas supuestamente para “adecuarse” al código que, en vía reglamentaria, se les pretende regalar, no solo es arbitrario sino ilegal; hay que cumplir con la ley”, acotó Cáceres.
Transgénicos serían dañinos
En Perú están circulando libremente productos transgénicos sin que las autoridades hagan algo, porque no hay normas de bioseguridad. Por eso, hemos propuesto que se imponga una moratoria al ingreso de estos productos, afirmó Flora Luna, representante de la Asociación Médica del Perú.
¿Cuál es la gravedad? Habría evidencias científicas de que estos productos estarían generando daños a la salud humana. “Centenares de estudios independientes demuestran que los animales –utilizados en los estudios- alimentados con productos transgénicos han mostrado graves daños a sus hígados, riñones; en caso de los machos, daños en su fertilidad. Esto también estaría ocurriendo en los humanos”, agregó.
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